Durante mucho tiempo, los niños eran solo un “público pasivo” en el mundo del marketing. Estaban ahí, sentados en el asiento trasero del coche (literal y figuradamente), mirando comerciales de juguetes mientras los adultos tomaban las decisiones de compra.
Pero eso ya cambió. Y cambió brutalmente. Hoy, los niños no solo opinan… influyen. Presionan. Deciden.
Según Marketing Week, el 80% de las decisiones de compra familiares están influenciadas por los hijos.
¿Te parece exagerado?
Piensa en esto:
¿Quién elige qué cereal entra al carrito?
¿Quién “aprueba” el restaurante de fin de semana?
¿Quién le mete presión a mamá para cambiar de coche porque “el otro no tiene pantalla atrás”?
¿Quién pide Alexa, Switch, tablet nueva y sabe más de specs que muchos adultos?
🎯 De espectador a mini decisor
El marketing evolucionó, y los niños pasaron de ser audiencia secundaria a un target activo. Ya no basta con enfocarse en los adultos. Si tu producto o servicio afecta indirectamente la vida del niño, debes considerarlo en el centro del mensaje.
Y no, no estamos hablando solo de juguetes o caricaturas.
Estamos hablando de: Tecnología, Educación, Alimentos, Peliculas o Entretenimiento.
¡Y hasta bienes raíces! (sí, hay quienes eligen casa por el “cuarto para el niño”)
💡 ¿Qué implica esto para emprendedores y marcas?
👉 Que si tus campañas no hablan el idioma de la nueva generación (aunque sea indirectamente), estás dejando conversiones sobre la mesa.
👉 Que si no piensas en cómo ese producto o servicio impacta la vida de un niño, no estás viendo el embudo completo.
👁️🗨️ Conclusión:
Los niños ya no son pasivos en el proceso de compra.
No solo observan… influyen, presionan y validan.
Y en una economía guiada por emociones y decisiones rápidas, eso los convierte en un target clave que toda marca inteligente debería considerar.
¿Vendes algo que llega a familias? ¿Tu producto lo ve o lo usa un niño aunque no sea para él?
🎯 Rediseña tu estrategia. A veces, el mejor closer… mide menos de 1.50.
